jueves, 15 de marzo de 2012

COLOMBIA CONTEMPORÁNEA

Ante la difícil situación que existía en el país, los dos partidos políticos tradicionales efectuaron acuerdos, de tal forma que se diera una salida pacífica y efectiva a la violencia. El resultado de estos acuerdos fue el establecimiento del Frente Nacional, según el cual los partidos liberal y conservador se alternarían la presidencia, inicialmente durante doce años y posteriormente durante dieciséis. Aunque esta repartición burocrática logró atenuar de alguna forma la violencia, marginó políticamente a los partidos diferentes al liberal y al conservador, lo cual produjo oposición. 

Después del Frente Nacional, las elecciones de gobernantes estuvieron abiertas a las fuerzas políticas de oposición. Algunos acontecimientos de este período dieron un vuelco a la vida de los colombianos: la aparición del narcotráfico a finales de los setenta; la proclamación de la Constitución de 1991, la apertura económica y la reelección presidencial.

El Frente Nacional 

En 1957, tras la caída del régimen del general Rojas Pinilla, y después de varios acuerdos entre las dirigencias liberal y conservadora, se convocó un plebiscito con el cual se dio inicio al Frente Nacional, o coalición de los dos partidos políticos tradicionales. 

Antecedentes 

Pese a los logros pacifistas conseguidos por la dictadura de Rojas Pinilla, la violencia causada por los conflictos bipartidistas y el accionar de las guerrillas, continuaba afectando a la nación. Ante esta situación, ambos partidos aunaron esfuerzos para solventar la crisis por la que atravesaba el país. Inicialmente, los ex presidentes Alberto Lleras Camargo, del partido liberal, y Laureano Gómez, del partido conservador, reunidos en España firmaron el pacto de Benidorm, el 24 de julio de 1956. En dicho pacto, planteaban básicamente dos puntos: el regreso de la institucionalidad partidista y evitar, a toda costa, la enconada lucha por el poder entre los dos partidos. 

Tras la caída del régimen del general Rojas, Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez se reunieron nuevamente, para concretar una alianza bipartidista como salida a la crisis del país. Como resultado de esta nueva reunión, efectuada el20 de julio de 1957, se creó el pacto de Sitges. Las decisiones tomadas en este acuerdo bipartidista, fueron fundamentalmente las siguientes: 

Establecimiento de un gobierno en el cual, los partidos liberal y conservador alternaran la presidencia cada cuatro años, por un período de doce.

Distribución equitativa en la cámara, el senado, las asambleas departamentales y los concejos municipales, de manera que tanto liberales como conservadores, obtuvieran el mismo número de curules. 

Además de estos puntos, también se reconoció el derecho al voto de la mujer, aprobado en la dictadura de Rojas, pero que hasta aquel momento no había sido efectivo. 

Pese a estos planteamientos, la situación política no estuvo exenta de enfrentamientos, pues en el gobierno aún quedaban funcionarios fieles a Rojas Pinilla, quienes opusieron resistencia a cualquier acuerdo. 

Finalmente, el pacto selló la alianza bipartidista, con una cláusula que marginaba la participación de cualquier otro sector político, pues allí, se estableció que sólo concurrirían a las elecciones frentenacionalistas los dos partidos tradicionales. 

Una vez aprobado el pacto, la junta convocó entonces a un plebiscito nacional para el1 de diciembre de 1957. Las cifras fueron contundentes: "cuatro millones de votos a favor y trescientos mil en contra”.

El ex presidente conservador, Laureano Gómez, propuso que el primer gobierno del Frente Nacional correspondiera al partido liberal. Se acordó, entonces, lanzar la candidatura del ex presidente Alberto Lleras Camargo, quien se impuso a su único contendor, el candidato conservador Jorge Leiva.

Gobiernos del Frente Nacional 

Alberto Lleras Camargo (1958-1962). Liberal 

Estableció una intensa política de austeridad en el gasto público y puso en marcha la Reforma Agraria a través del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria INCORA. Ejecutó el programa de planeación nacional e incentivó la construcción de centrales eléctricas y viviendas populares. Reformó la Constitución, para prolongar el Frente Nacional de 12 a 16 años. A nivel internacional, Lleras estrechó relaciones con Estados Unidos y respaldó la Alianza para el Progreso de John F. Kennedy. 

Guillermo León Valencia (1962-1966). Conservador 

Este gobierno estuvo matizado por fuertes problemas económicos y de orden público pues, la idea del mandatario de eliminar las llamadas "repúblicas independientes': dio paso a que en algunas regiones del país se gestaran oposiciones campesinas de tipo armado, que en 1964 se convirtieron en organizaciones guerrilleras de tendencia comunista (Farc y Eln). Valencia trató de remediar los problemas que venían del pasado e intentó internacionalizar la política colombiana en momentos de la Guerra Fría. 

Carlos Lleras Restrepo (1966-1970). Liberal 

Impulsó la industria nacional y promovió la integración económica de Latinoamérica, a través del Pacto Andino. Por medio de una reforma constitucional, efectuada en 1968, extendió la paridad en los cargos públicos por diez años más, suprimió la paridad en la rama legislativa y eliminó el requisito de filiación liberal o conservadora para inscribirse en las corporaciones públicas. Lleras Restrepo dio especial impulso a la reforma agraria, buscando fortalecer la economía campesina y subsanar el problema de la mala distribución de las tierras. En este ámbito, legalizó la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, ANUC, instrumento eficaz de organización campesina. Entre los logros educativos de este gobierno figura la creación de Colcultura, Colciencias y los Institutos Nacionales de Educación Media INEM. 

Misael Pastrana Borrero (1970-1974). Conservador 

Afrontó una gran agitación laboral, sindical, estudiantil, y un recrudecimiento guerrillero. A esto se le agregó el escándalo por un supuesto fraude en las elecciones de 1970 que lo llevaron a la presidencia. El gobierno de Pastrana Borrero estuvo orientado básicamente hacia las reformas sociales y se desarrolló bajo el lema del 'Frente Social'. Su programa de gobierno estuvo basado en "cuatro estrategias para el desarrollo": industria de construcción urbana, exportaciones, reforma agraria y re distribución del ingreso. En función de la primera estrategia, Pastrana creó en 1972 las Unidades de Poder Adquisitivo Constante, UPAC. Sin embargo, este sistema se convirtió más tarde en una de las causas que condujeron a elevar la inflación nacional. 

Efectos del Frente Nacional 

Al ser un sistema de gobierno basado en la predorninancia de los dos partidos tradicionales, excluyó a otros grupos políticos. 

Fomentó la división interna de los partidos. Por ejemplo, al interior del liberalismo apareció el MRL, encabezado por López Michelsen, quien impulsó, a través de esta disidencia liberal, una fuerte oposición al Frente Nacional. 

Pasó drásticamente de una sociedad predominantemente rural a una urbana. No obstante, por falta de una clara planeación, los campesinos se vieron seriamente afectados a raíz de una explotación intensiva de la tierra. 

Promovió la participación del sector femenino en la vida política del país.

Oposición al Frente Nacional 

En la década de 1960, surgieron en el escenario político colombiano nuevos partidos y movimientos políticos que se opusieron al Frente Nacional. Unos surgieron en el marco institucional y legal; otros, en cambio, se opusieron a través de vías violentas.

Movimiento Revolucionario Liberal (MRL)

El MRL, encabezado por el liberal Alfonso López Michelsen, logró posicionarse estratégicamente a comienzos de la década de 1960. A través del periódico "La Calle'; esta disidencia del liberalismo difundió sus planteamientos políticos, que apuntaban, básicamente, a hacerle oposición al Frente Nacional. 

El MRL estuvo compuesto por liberales de tendencia izquierdista, sectores independientes de izquierda, universitarios y algunos comunistas. 

Este partido alcanzó su mayor logro en las elecciones parlamentarias de 1962, cuando consiguió una significativa votación. En 1967, el MRL se dividió en dos tendencias: una izquierdista, que propugnó por el abstencionismo, y la otra, más oficialista, que retornó al partido liberal.

Alianza Nacional Popular, Anapo

La Anapo fue otro de los partidos que hizo oposición al Frente Nacional desde la legalidad. Liderada por el ex general Rojas Pinilla, trascendió en el escenario político nacional como una alternativa al bipartidismo. Promovió una revolución de corte nacionalista, católica y socialista. Este partido contó con el apoyo de las clases medias, miembros de los dos partidos tradicionales, algunos socialistas y sectores del ejército. 

Para las elecciones presidenciales de 1966, la Anapo lanzó la candidatura de José Jaramillo, quien tan sólo obtuvo el 28% de la votación. Sin embargo, en las elecciones presidenciales de 1970, con la candidatura del ex general Rojas Pinilla, obtuvo un repunte electoral, casi comparable con el obtenido por el candidato conservador Misael Pastrana Borrero. En los últimos años de su existencia, a comienzos de la década de 1970, surgió, del ala socialista de este partido, el Movimiento Revolucionario 19 de Abril, M-19.

Frente Unido popular FU

El Frente Unido fue un movimiento social, fundado el 22 de mayo de 1965, y liderado por el sacerdote y sociólogo Camilo Torres Restrepo, opositor al Frente Nacional. Este movimiento social se caracterizó por demandar transformaciones en todos los niveles de la sociedad. Impulsó iniciativas que promovían la abstención electoral, como estrategia para desestabilizar la coalición bipartidista. Nutrió sus filas con estudiantes universitarios, comunidades católicas populares y diversos sectores de la clase media. Se disolvió en 1966, cuando el cura Camilo Torres ingresó a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln.

Movimientos estudiantiles 

En la década de 1970, la población estudiantil de la educación media y superior colombiana, vivió un importante cambio de mentalidad. Los estudiantes tomaron elementos de la revolución cubana, las protestas de mayo de 1968, y los diferentes sucesos nacionales. Estas influencias generaron en los estudiantes reacciones en contra de los dos partidos políticos tradicionales y del sistema capitalista. Durante las décadas de 1960 y 1970, el movimiento estudiantil mantuvo una férrea oposición en contra de los gobiernos de turno. 

El movimiento obrero 

Desde 1930, el sindicalismo colombiano estuvo condicionado por las políticas de los dos partidos tradicionales. Las dos centrales obreras CTC, de tendencia liberal, y la UTC, de tendencia conservadora, se encargaron de orientar la ideología de los sindicatos según los intereses bipartidistas. Sin embargo, esta situación empezó a cambiar con el establecimiento del Frente Nacional. Las dificultades económicas por las que atravesaba el país a comienzos de los sesenta, tales como el elevado costo de vida y las malas condiciones laborales, causaron descontento en el sector obrero. Además, la injerencia de la Revolución cubana dio un nuevo impulso a la izquierda, que empezó a ejercer influencia dentro de las organizaciones obreras. Como consecuencia de ello, los sindicatos se fortalecieron y progresivamente se distanciaron del bipartidismo liberal y conservador. Además, la creación de la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia, CSTC, en 1964 contribuyó para que los sindicatos empezaran a buscar mejoras laborales, salariales y de salud. Para 1971, el movimiento obrero fue mucho más sólido que en los años anteriores, tanto, que incluso, se conformó una nueva central obrera, la CGT. Sin embargo, a finales de los setenta se produjeron varias divisiones en las centrales obreras, que las llevaron a perder parte de su ingerencia política en algunas regiones del país. Para 1977, cuando se presentó el paro nacional, su presencia, aunque fue representativa, sólo estuvo orientada a una lucha reivindicativa en el orden salarial, y dejó de lado cuestiones como la estabilidad laboral y las mejoras en el servicio de salud. 

Las guerrillas 

La implantación del Frente Nacional coincidió con el desarrollo y consolidación de la Revolución cubana, la cual estimuló el desarrollo de movimientos insurreccionales armados en Colombia. Entre las causas que motivaron el surgimiento de grupos armados, podemos señalar la exclusión política de aquellos movimientos diferentes de los partidos tradicionales y el auge de las teorías foquistas impulsadas por el "Che" que aseguraban que cuando las condiciones individuales no eran suficientes para que las masas efectuaran la revolución socialista, un pequeño foco de personas armadas podría lograr con cierta rapidez que la revolución se expandiera, para obtener el levantamiento de las masas y el derrocamiento del régimen. Veamos. 

En 1959, se desató la Revolución cubana, cuya influencia fortaleció las aspiraciones de quienes rechazaban el Frente Nacional. Según los partidarios del pensamiento revolucionario, el país presentaba las condiciones necesarias para llevar a la práctica las teorías foquistas. Adicionalmente, el Partido Comunista Colombiano, PCC, fue declarado ilegal lo que debilitó su posición política. De otra parte, los movimientos ajenos a los partidos tradicionales y la tendencia del Estado a cerrar espacios de expresión política, avivaron la búsqueda de una salida que concluyó con la aparición de los primeros movimientos guerrilleros, entre los que podemos destacar: el Movimientos Obrero Estudiantil Campesino, Moec; el Ejército de Liberación Nacional, Eln; las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc; el Ejército Popular de Liberación, Epl; el Partido Revolucionario de los Trabajadores, Prt; y el Movimiento 19 de Abril M-19.

Gobiernos posteriores al Frente Nacional 

Una vez culminado el Frente Nacional en 1974, los liberales y los conservadores. se prepararon para asumir el poder. Las nuevas facciones políticas como la Anapo y la Unión Nacional de Oposición, también lo hicieron. Sin embargo, los dos partidos políticos tradicionales, lograron permanecer en el poder. 

Gobierno de Alfonso López Michelsen (1974-1978) 

A raíz del surgimiento de otras colectividades políticas, diferentes a los dos partidos tradicionales, las elecciones presidenciales de 1974, estuvieron disputadas por cuatro candidaturas: Álvaro Gómez Hurtado por el partido conservador; Alfonso López Michelsen por el partido liberal; Hernando Echeverri por la Unión Nacional de Oposición (UNO); y María Eugenia Rojas, hija del general Rojas Pinilla, por la Anapo. López Michelsen, figura recordada por la oposición que mantuvo contra el gobierno frentenacionalista, y quien retornó al partido liberal después de haberse disuelto el MRL, resultó elegido con casi tres millones de votos.

El nuevo presidente, que denominó a su gobierno "El mandato claro", eliminó la alternación presidencial y la representación paritaria en el Congreso que había primado durante el Frente Nacional. Sin embargo, la reforma efectuada por Carlos Lleras Restrepo en 1968, que prolongó por diez años más la repartición por mitades de los cargos públicos, hizo imposible que las políticas frentenacionalistas fueran eliminadas del todo. 

López introdujo las reformas monetaria y tributaria, destinadas a erradicar el déficit fiscal existente desde el gobierno de Misael Pastrana. Además, a través de un plan de desarrollo llamado "para cerrar la brecha': fortaleció el sector de la industria y mejoró el nivel de empleo. 

Pero, aun cuando el gobierno de López consiguió mejoras significativas, el alto costo de vida, heredado del gobierno de Pastrana, continuó aumentando vertiginosamente. En un solo año, se incrementó en un 40%. Precisamente, a raíz del elevado costo de vida, el gobierno de López dejó de ser reconocido bajo el eslogan de "El mandato claro", y comenzó a ser identificado, en tono de burla, como "El mandato caro".  De las burlas iniciales hacia el gobierno, pronto se pasó a una postura más radical, y el 14 de septiembre de 1977, el descontento se tradujo en un paro nacional. En esta gran protesta, además de la participación de la ciudadanía, confluyeron las centrales obreras CSTC y CGT, y junto a ellas, las centrales de filiación liberal, CTC, y de filiación conservadora, UTC. La protesta se tornó violenta. En Bogotá, Medellín y Cali se presentaron refriegas, saqueos y homicidios.

Gobierno de Julio César Turbay Ayala (1978-1982) 
Las elecciones presidenciales de 1978 fueron ganadas por el liberal Julio César Turbay Ayala, quien superó, por un escaso margen de votos, al conservador Belisario Betancur. En estas elecciones, al igual que en las de 1974, se evidenció una alta participación de las nuevas facciones políticas. Entre ellas figuraban: el Movimiento de Renovación Nacional, la Unión Obrera Socialista y la Unión Nacional de Oposición. 

Tan pronto Julio César Turbay Ayala asumió la presidencia, estableció el Estatuto de seguridad nacional, un decreto a través del cual se buscaría la defensa del territorio colombiano ante la creciente ofensiva de las guerrillas. Para ello, se le dio gran protagonismo a las Fuerzas Armadas en la dirección del Estado. 

En otros aspectos, Turbay Ayala fortaleció económica y administrativamente las regiones colombianas, implementó programas de transporte como la autopista Bogotá-Medellín y la carretera de Bucaramanga a la Costa Atlántica, inició la explotación de níquel en las minas de Cerromatoso y de carbón, en el Cerrejón, introdujo la televisión en color y creó el departamento del Caquetá. Este gobierno afrontó varios problemas, tales como: las huelgas estudiantiles y de trabajadores, la intensificación de las guerrillas y el auge del narcotráfico. Precisamente, a raíz de la difusión del negocio del narcotráfico, Colombia empezó a ser catalogada como una de las mayores naciones proveedoras de marihuana y cocaína a nivel mundial. 

Entre los momentos más difíciles por los cuales tuvo que atravesar el gobierno de Turbay Ayala, figuran los sucesos ocurridos entre febrero y abril de 1980, cuando varios miembros de la organización guerrillera M -19, al mando de Rosemberg Pabón Pabón, se tomaron la embajada de República Dominicana. Después de dos meses de negociaciones, el comando guerrillero liberó a los rehenes. A pesar de haber logrado una solución pacífica para este hecho, las prerrogativas que el gobierno otorgó al M -19 dieron pie para que la opinión pública e incluso algunos amigos del gobierno, denunciaran la debilidad del mandatario. 

La toma de la embajada 

La toma de la embajada de República Dominicana acaparó la atención mundial y fue cubierta por diversos medios de comunicación. En Colombia, la noticia fue transmitida por la radio de la siguiente forma: 

"Urgente Bogotá, febrero 27. 

La guerrilla del M-19, con un comando de 15 personas, se adjudicó hoy la ocupación de la Embajada Dominicana en Bogotá. El operativo se desarrolló hacia el medio día cuando en la sede diplomática se celebraba el día nacional de la República Dominicana, festejo al cual asistían varios embajadores y otros diplomáticos que han sido hechos rehenes. (…) La toma, ha causado desconcierto, más cuando se ignora el número de personas que se encuentran en la embajada cuyos teléfonos han sido desconectados. Los guerrilleros, algunos de los cuales se han asomado con sus rostros cubiertos a las ventanas de la embajada, han solicitado a gritos que nadie se coloque frente a la casa "(...) 

La Embajada Dominicana ha sido totalmente aislada por los cuerpos de seguridad del Estado, sin que se haya establecido qué manejo dará el gobierno a la situación en las próximas horas ...)".

La economía colombiana a mediados del siglo XX 

Durante la segunda mitad del siglo XX, el país consolidó su economía dentro del sistema capitalista. El desarrollo industrial y la inserción en los mercados internacionales alcanzaron un alto grado de afianzamiento, logrando un mayor crecimiento en la economía nacional.

Etapas de la política económica

El proceso de consolidación de la economía, durante la segunda mitad del siglo XX, se efectuó en dos etapas. En la primera, de 1958 a 1967, se dio un desarrollo regional, que proveyó elementos que favorecieron la planeación rural y municipal. En la segunda, de 1968 a 1982, se implementó una reforma constitucional para incentivar el desarrollo agrícola y administrativo del país.

Primer período: 1958-1967 

Alberto Lleras Camargo, primer presidente del Frente Nacional, creó una serie de políticas que buscaron fortalecer el débil sistema económico colombiano. Entre estas, figuró el establecimiento de una reforma agraria. Esta reforma, buscó dar al Estado los instrumentos legales y económicos para distribuir la tierra entre los campesinos. Para ello, se creó el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, INCORA. Este instituto fue facultado, para titular propiedades, comprar latifundios improductivos y vender tierras a campesinos y colonos. 

Durante este gobierno, también se creó el Departamento de Planeación Nacional y Servicios Técnicos, encargado de estudiar la situación general de la planeación. Durante la administración de Guillermo León Valencia, se creó la Junta Monetaria. El objetivo de este organismo fue controlar el manejo en materia cambiaria y crediticia. Sin embargo, la política económica de Valencia se caracterizó por haber cedido a las presiones del Fondo Monetario Internacional, FMI, y por su dificultad para controlar la inflación. Esta situación sumió al país, nuevamente, en una crisis económica, lo que llevó a realizar constantes devaluaciones de la moneda. En el sector industrial, la política económica consistió en priorizar la producción nacional, frente a la competencia de productos extranjeros. Sin embargo, esta medida comenzó a generar monopolios empresariales, los cuales fueron debilitando la mediana y pequeña industria. A pesar de esta circunstancia, el crecimiento anual ascendió al 6% durante la década de 1960.

Segundo período: 1968-1982 

Con el inicio del tercer mandato, el presidente Lleras Restrepo impulsó en 1968 una importante reforma constitucional a través de la cual implantó cambios profundos en la política económica. En primer lugar, creó la figura de la "emergencia económica", la cual le permitió al gobierno, en tiempos de crisis, fijar medidas rápidas en asuntos como los impuestos, para corregir posibles problemas fiscales. La reforma, también introdujo cambios destinados a fortalecer la descentralización en sectores como el comercio exterior y la investigación tecnológica. 

Se buscó elevar el nivel de vida de los colombianos, a través de planes y programas de desarrollo, tanto en el ámbito local como nacional. Durante este período, el sector agrícola incrementó su productividad en cultivos como el algodón, el arroz, la caña de azúcar, el banano y el tabaco. Esta diversificación agrícola condujo a estabilizar los precios entre 1967 y 1970. Si bien los precios en los productos agrícolas y comerciales estaban Controlados, este hecho no significó la solución al asunto de la tenencia de la tierra. Frente esta problemática, la reforma agraria significó la esperanza de muchos campesinos por obtener una tierra para cultivar, sin embargo, dicha reforma en los gobiernos correspondientes a este período fue corta en sus alcances, pues, en realidad, las tierras y los beneficios nunca llegaron a quienes realmente los necesitaban; por el contrario, aprovecharon sólo a quienes tenían la posibilidad de asumir obligaciones crediticias, como los grandes latifundistas y los empresarios. La política económica exterior de Lleras Restrepo generó estrategias de integración regional con los países andinos. De esta forma, se concretó la conformación del Pacto Andino. La exportación de productos como textiles, artículos de cuero, algodón, azúcar, tabaco y banano, se logró gracias a las gestiones de este gobierno. 

La administración de "Misael Pastrana Borrero, estructuró una economía sustentada en cuatro estrategias. 

La primera estrategia giró en torno a la implementación de un plan de construcción de vivienda. Para financiarlo, el gobierno, los bancos y entidades de ahorro crearon el sistema de Unidades de Poder Adquisitivo, UPAC. 

La segunda estrategia fortaleció las exportaciones y garantizó las importaciones necesarias, para suplir la demanda interna . 

La tercera estrategia se enfocó en el aumento de la productividad agrícola, la tecnificación de cultivos y la asignación de créditos para infraestructura. 

La última estrategia se orientó hacia la redistribución de los ingresos. El éxito de esta estrategia dependía del éxito de las tres anteriores. 

Estas estrategias fueron diseñadas para ser aplicadas nacionalmente. Las regiones no fueron cobijadas por ellas, lo cual agudizó la difícil situación social en algunas zonas del país y acentuó el desplazamiento del campo a la ciudad. 

Durante la administración de López Michelsen, la economía se enfocó en fortalecer la planeación regional, como un paso obligado del desarrollo integral que debía tener el país. López, consciente de los problemas en el gobierno anterior, buscó relacionar la geografía rural con la urbana. La política económica de López buscó reducir distancias entre los ingresos de las clases populares, para favorecer al 50% de la población, especialmente los estratos más deprimidos. 

En el gobierno del liberal Turbay Ayala, la política económica estimuló procesos de descentralización económica, tendientes a la consolidación de una autonomía regional. Turbay Ayala propuso la creación y mantenimiento de una nueva infraestructura en transportes, vías y medios de comunicación.

Los gobiernos del proceso de paz 

Durante la década de 1980, el país se vio afectado por el aumento de las guerrillas cuyos repetidos asaltos a instituciones públicas y privadas condujeron a un agudo período de conflicto. Ante tal situación, el Estado colombiano intentó, a través de un proceso de paz, dar salida a esta problemática. 

Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) 

El conservador Belisario Betancur llegó a la presidencia a través de una coalición de varios partidos denominada Movimiento Nacional. Esta coalición, aunque estuvo conformada mayoritariamente por conservadores, contó con miembros pertenecientes a partidos independientes. Entre ellos figuró la Alianza Nacional Popular, Anapo, y un grupo disidente del liberalismo. Durante las elecciones, Betancur se enfrentó a las candidaturas de los liberales Alfonso López Michelsen y Luis Carlos Galán Sarmiento, y a las candidaturas izquierdistas de Gerardo Molina y de Florentino Porras. Betancur logró imponerse a sus contendores al obtener el 46,7% de la votación. Bajo el lema de Gobierno nacional, Betancur ofreció a diferentes fuerzas políticas algunos cargos administrativos. María Eugenia Rojas, hija de Rojas Pinilla y líder de la Anapo, aceptó la propuesta del mandatario y, unos días después de la posesión presidencial, fue encargada de la dirección del Instituto de Crédito Territorial, ICT. Otros partidos, a excepción del liberal, también se adhirieron a la propuesta. 

El gobierno de Betancur buscó cambios a nivel social y económico. Para ello, fortaleció la industria nacional, generó empleos y redujo el impuesto público. Pese a estos logros, la caída del comercio internacional no permitió que su programa económico, denominado Cambio con equidad, obtuviera resultados significativos. Este gobierno dio gran importancia a la política internacional. Entre los hechos más importantes figuran la afiliación al grupo de los países No Alineados, el cual congregaba a un inmenso conjunto de naciones del Tercer Mundo, y la participación dentro del denominado Grupo de Contadora por la paz en Centroamérica. Esta labor le valió al presidente Belisario Betancur el Premio de la Paz. 

Belisario Betancur y el proceso de paz 

Con intenciones de poner fin al enfrentamiento armado, Betancur inició diálogos para consolidar un proceso de paz con grupos insurgentes como las Farc, el M -19 Y la Autodefensa Obrera, Ado. En 1984, el gobierno consiguió un cese al fuego, y la desmovilización de algunos miembros de las Farc, quienes conformaron, junto con miembros pertenecientes al Partido comunista, una nueva colectividad política: la Unión Patriótica, UP. Sin embargo, el asesinato de Iván Marino Ospina, miembro del M-19, terminó con las negociaciones de paz. La respuesta del movimiento guerrillero fue inmediata: enfrentamientos armados con el Ejército y repetidos ataques a estamentos públicos y privados. Entre estas acciones, se cuentan los sucesos ocurridos el  6 de noviembre de 1985, cuando un comando del M-19 se tomo el Palacio de Justicia, ubicado en el centro de Bogotá.

Gobierno de Virgilio Barco Vargas (1986-1990)

Las elecciones presidenciales para el período 1984-1990 estuvieron disputadas por las candidaturas de Virgilio Barco, por el partido liberal; Álvaro Gómez, por el partido conservador; Jaime Pardo Leal, por la Unión Patriótica; Regina Betancur, por el Movimiento Unitario Metapolítico; y David Pérez, por el Partido Humanista. Virgilio Barco Vargas resultó elegido con una amplia ventaja sobre sus contendores. Obtuvo aproximadamente el 59% de los votos a su favor. La candidatura de Alvaro Gómez fue segunda con el 36%. Las candidaturas de Pardo Leal, Regina Once y David Pérez, obtuvieron 4,6%, 0,7% Y 0,0%, respectivamente. 

Barco, una vez posesionado, declaró que haría un gobierno exclusivamente liberal. Los conservadores, quienes según la constitución tenían derecho a participar en esta administración, por haber quedado segundos, no tuvieron otra opción que mantenerse al margen. Sin embargo, su oposición permaneció durante el cuatrienio. Precisamente, debido a la exclusión del conservatismo, la administración de Barco ha sido interpretada, por algunos historiadores, como un período de gobierno-oposición. 

Durante el mandato de Barco, más exactamente, entre los años 1986 y 1988, el gobierno reglamentó y puso en marcha la elección popular de alcaldes. A nivel municipal, también hubo algunas reformas. Entre ellas, se cuenta la creación de un novedoso régimen municipal que condujo al fortalecimiento de la autonomía regional. 

En el plano económico, Barco propuso crear un régimen social, con el cual intentó aminorar la pobreza. A través del Plan Nacional de Rehabilitación, PNR, creado en el gobierno anterior, Barco promovió una mayor presencia del Estado en zonas marginales y de orden público crítico. Durante este período, se descubrieron pozos petroleros en la Orinoquia y Amazonia colombiana. No obstante, estas áreas se vieron afectadas por la producción de cocaína y la fuerte presencia de las guerrillas. 

Virgilio Barco: proceso de paz y desmovilización del M -19 

Pese a que la violencia se había intensificado en los años que precedieron la administración Barco, las intenciones de llegar a un acuerdo pacifista con las guerrillas no finalizaron. Inicialmente, el gobierno, a través de la Consejería para la Paz, se acercó a conciliar con las organizaciones guerrilleras, reunidas en aquel momento en la denominada Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. El M -19, fatigado por la lucha y debilitado militarmente, se acogió a las políticas pacifistas del gobierno. Entre enero de 1989 y marzo de 1990, luego de varias conversaciones, el gobierno de Barco logró la desmovilización y disolución de esta organización armada. Después del armisticio, los miembros del M -19, bajo nuevas condiciones, participaron en las elecciones de alcaldes y Cámara de 1990, en las cuales obtuvieron más de 95.000 votos, tres alcaldías y un escaño en la Cámara. Los resultados evidenciaron la acogida que el extinto M -19 despertaba en algunos sectores de la población. Precisamente, esta acogida contribuyó, más tarde, para que algunos movimientos de izquierda se agruparan junto al M-19, y conformaran un nuevo partido: la Alianza Democrática M-19.

Narcotráfico y paramilitares 

Además del accionar de las guerrillas, durante la década de los ochenta, nuestro país también enfrentó el flagelo del narcotráfico y de los paramilitares. Estos actores armados causaron la muerte de civiles, políticos y militares. 

El narcotráfico en los ochenta 
La expansión de cultivos ilícito s en Colombia se inició a mediados de los años setenta con plantaciones de marihuana en departamentos como Caquetá, Valle del Cauca, Magdalena y Atlántico. Para la década de 1980, los llamados "n arcos" controlaron el tráfico de estupefacientes a nivel internacional. Haciendo uso del dinero ilícito, se relacionaron tanto con los sectores sociales más altos como con la población carente de oportunidades. A través de obras, como la construcción de viviendas y de centros populares de recreación, los narcos se hicieron merecedores de las simpatías de mucha gente, lo cual les permitió conformar grupos de jóvenes sicario s dispuestos a obedecer fielmente sus órdenes. 

A partir de la reforma tributaria de 1983, se produjo cierta relación entre el narcotráfico y algunos funcionarios del gobierno, a tal punto, que los traficantes brindaron la posibilidad de ofrecer su dinero para "sanear" la economía nacional. Como resultado de este ofrecimiento, se plantearon debates sobre la posible legalización de la droga. En este ambiente, surgieron en el escenario político el Movimiento Latino Nacional, representado por el narcotraficante Carlos Lehder; y Civismo en Marcha, de Pablo Escobar Gaviria. Otros traficantes, como Gonzalo Rodríguez Gacha, aunque no participaron directamente en política, tuvieron ingerencia en las candidaturas de sus socios y en las de otros políticos. 

La participación del narcotráfico en el gobierno se vio truncada ante la oposición de un sector de senadores y representantes, entre los que se destacó Luis Carlos Galán Sarmiento. Pero la situación tomó un rumbo distinto después de que el gobierno colombiano presentó un proyecto de extradición, como solución al problema del tráfico de drogas: los narcos iniciaron una guerra abierta contra el gobierno nacional y el país padeció una ola de violencia que se manifestó con carros-bomba y asesinatos selectivos. Una de las primeras víctimas fue el Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, asesinado el 30 de abril de 1984, por haber denunciado los nexos de varias personalidades colombianas con el narcotráfico. 

El paramilitarismo 

A comienzos de los años ochenta, los narcotraficantes financiaron grupos paramilitares para defender sus intereses frente a las guerrillas. Por tanto, estos grupos paramilitares iniciaron una persecución contra todo lo que ellos consideraban comunista, de modo que los líderes campesinos, sindicalistas y activistas comunitarios fueron el blanco de sus acciones armadas. Esta situación activó la llamada guerra sucia, especialmente durante el gobierno de Belisario Betancur, con cuya política de paz no simpatizaron los llamados "paras". El resultado de esta guerra fue el crecimiento de la intolerancia social que se manifestó con el asesinato de muchas personas. De esta manera, a partir de 1985, se incrementó la violencia con el fortalecimiento de estos grupos de "justicia privada" Los asesinatos selectivos de políticos de izquierda, activistas de paz y miembros de organizaciones no gubernamentales fueron la constante en aquellos días. Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo, líderes de la Unión Patriótica fueron ajusticiados. Lo mismo ocurrió con Carlos Pizarro Leongómez, ex dirigente del M -19.

Luis Carlos Galán: víctima del narcotráfico 

La década de los años ochenta terminó dramáticamente con el asesinato de ~ de los dirigentes políticos que propuso alternativas de cambio para nuestro país: el liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. 

Vida política 

Galán nació el 29 de septiembre de 1943 en Bucaramanga, Santander. A sus catorce años ya mostraba signos de rebeldía y crítica política cuando participó en las marchas contra el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Estudió Derecho en los años sesenta y durante la misma época, inició actividades periodísticas como columnista del diario El Tiempo. Su carrera política comenzó bajo la tutela del presidente Carlos Lleras Restrepo, quien lo nombró miembro de la delegación colombiana a la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo, en 1969. Durante los años setenta, participó en el gobierno de Misael Pastrana como Ministro de Educación y Embajador en Italia hasta el año 1976, cuando fue elegido concejal por el municipio de Oiba, Santander, y dos años, después, durante el gobierno de Alfonso López Michelsen, como Senador de la República por el mismo departamento. En 1979, fundó el Nuevo Liberalismo, una disidencia del Partido Liberal, a través del cual fue elegido concejal por Bogotá en 1980. 

En el año 1982 se presentó como candidato para las elecciones presidenciales, y quedó en tercer lugar. En el año 1987, Galán regresó al Partido Liberal para participar en la consulta interna que escogería al candidato para las elecciones presidenciales de 1990, y se convirtió en el más opcionado para llegar a la presidencia. 

La guerra contra el narcotráfico y el magnicidio 

El Nuevo Liberalismo, identificado como una corriente de centro-izquierda, representaba la lucha de Galán contra varios factores que  afectaban la vida nacional: la corrupción y las estructuras políticas y económicas del país, a las que consideraba caducas y atrasadas. Pero el problema que atacó con mayor fuerza durante los años ochenta fue la irrupción del narcotráfico en la vida nacional. Sus denuncias sobre las relaciones entre la clase política y el narcotráfico le generaron muchos enemigos y una sangrienta persecución por parte de los principales narcotraficantes de la época, entre ellos, Pablo Escobar. 

Galán no cesó su lucha contra este flagelo y, durante la campaña presidencial del año 1989, arreció sus ataques contra el narcotráfico y la clase política corrupta. El18 de agosto de ese año, Galán asistía a una manifestación electoral en el municipio de Soacha, Cundinamarca, cuando fue baleado por sicarios apostados cerca a la tarima donde el candidato se disponía a hablar. Fue llevado a Bogotá al hospital de Kennedy, donde a pesar de los múltiples esfuerzos médicos lamentablemente murió. Aunque ha habido investigaciones sobre este magnicidio que han involucrado a miembros de la clase política y del narcotráfico, hoy en día este crimen permanece en la impunidad.

La Constitución de 1991 

En el año de 1991, después de varios debates parlamentarios, fue aprobada una nueva constitución. El documento, que remplazó a la Constitución de 1886, fue puesto en vigencia fundamentalmente con dos fines: solventar la crisis que el país venía enfrentando desde años atrás, y reacomodar el marco legal colombiano, de acuerdo con las nuevas realidades de finales del siglo XX. 

Transición hacia una nueva Constitución 

A finales de la década de 1980, varios sectores sociales, institucionales y económicos, se vieron seriamente afectados por la ola de violencia desplegada por las guerrillas, los paramilitares y el narcotráfico. A esto, se sumaron varios inconvenientes como la corrupción administrativa de algunos funcionarios y la falta de políticas que permitieran una mayor participación democrática de los colombianos. 

Estos inconvenientes, sumados a los intentos fallidos del Congreso nacional por efectuar una reforma constitucional llevaron a que amplios sectores de opinión, e incluso de la Iglesia, empezaran a plantear, como salida institucional a la crisis, el establecimiento de una nueva carta constitucional. Tras este objetivo, en las elecciones parlamentarias de marzo de 1990, se incluyó, por iniciativa del sector universitario, "La Séptima Papeleta": una forma de consulta, para determinar si el pueblo colombiano estaba de acuerdo con la creación de una nueva Carta Legislativa. El respaldo a esta propuesta fue casi del 90%, y en consecuencia, el gobierno autorizó para que, el mismo día de los comicios presidenciales, los electores decidieran la convocatoria de una nueva Asamblea Constitucional. Aproximadamente cinco millones de colombianos apoyaron la idea, por lo cual, el presidente electo, César Gaviria, se comprometió a crear los espacios propicios para su establecimiento. 

La Asamblea Nacional Constituyente 

En diciembre de 1990, se realizaron las elecciones para escoger a los setenta miembros de la Asamblea Constitucional. Representantes de varios grupos políticos, indígenas, comunistas, liberales y conservadores, fueron elegidos. Incluso, ex guerrilleros como Antonio Navarro Wolf, miembros pertenecientes al Epl y al Prt, que se habían desmovilizado, junto al grupo indígena del Cauca, Quintín Lame, se unieron a la Asamblea.

La Nueva Constitución Política de Colombia 

La Asamblea Nacional Constituyente inició sus labores e15 de febrero de 1991 y después de varias reuniones, expidió la nueva Carta Política. Fue presidida por Horacio Serpa del partido liberal, Álvaro Gómez Hurtado del Movimiento de Salvación Nacional y Antonio Navarro Wolf de la Alianza Democrática M-19. 

Con la nueva constitución, se pasó de una democracia representativa a una participativa. Es decir, que a partir de aquel momento, los ciudadanos y ciudadanas contaron con canales participativos para tomar decisiones sobre su bienestar político, económico y social. 

Características de la Constitución 

De acuerdo con lo planeado por el gobierno nacional, la nueva Constitución de los colombianos estuvo lista el4 de julio de 1991. Quedó conformada por 13 Títulos, 57 capítulos, 380 artículos permanentes y 60 disposiciones transitorias. Algunas características de la Constitución de 1991 son: 

Enuncia como principios rectores la construcción de un Estado social de derecho, la forma política unitaria, la descentralización, la participación del pueblo en la toma de decisiones yel pluralismo en asuntos políticos, ideológicos, religiosos, étnicos y culturales. 

Consagra derechos y garantías individuales, familiares y sociales. Se destacan, entre otros, el debido proceso, la protección y asistencia a las personas de la tercera edad y la integridad del espacio público. La protección de los derechos fundamentales que se puede realizar de manera inmediata, con la Acción de Tutela. 

Establece como mecanismos de participación popular, el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. 

Mantiene la división de las ramas del poder público. La división consagrada desde las cartas constitucionales del siglo XIX en las ramas ejecutiva, legislativa y judicial prevalece. 

Introdujo el mecanismo de la mitad más uno. Según esto, el aspirante a la presidencia de la República necesita la mitad más uno de los votos para ser elegido, y una segunda vuelta electoral, para los candidatos de más alta votación, cuando no se haya alcanzado dicha proporción. Otra innovación fue la elección de vice-presidente por voto popular y para un período de cuatro años. 

Destacó la nueva estructura del poder judicial. Esta quedó conformada por la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional, la Fiscalía General de la Nación, el Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, los Tribunales, La Justicia Penal Militar y los Juzgados. 

La política colombiana desde 1990 hasta 2009 
El fin de los gobiernos de paridad política dio paso a una época de gobiernos de partido, en la que los liberales o conservadores gobernaban según el candidato que ganara las elecciones, mientras que el partido contrario se convertían en la oposición. La Constitución de 1991 y la introducción de algunas reformas de carácter político, permitieron la aparición de nuevas fuerzas que han reducido el tradicional esquema bipartidista y han fortalecido el sistema democrático. Sin embargo, este cambio ha estado acompañado de problemas como la corrupción, el clientelismo, la disminución de la confianza hacia los partidos, entre otros. El surgimiento de Alvaro Uribe Vélez, quien ha sido presidente desde el año 2002, cierra esta época de transición con la reelección presidencial, un hecho político que no se veía en Colombia desde las presidencias de Simón Bolívar y Rafael Núñez en el siglo XIX. 

La crisis del bipartidismo 

El sistema bipartidista colombiano ha disminuido su importancia desde el establecimiento del Frente Nacional. Esto se manifiesta principalmente en que ha perdido credibilidad y liderazgo frente al electorado, que ha buscado alternativas en otras corrientes políticas y ha optado por usar el voto en blanco o la abstención electoral. Durante la década de los ochenta, varios factores agudizaron la crisis de los partidos tradicionales: la frecuente división y las disidencias, el clientelismo generalizado, el recrudecimiento de la violencia, la aparición del narcotráfico y las reformas efectuadas en la Constitución de 1991. En la época actual, esta crisis del bipartidismo se hizo evidente durante las elecciones presidenciales del año 2006: por primera vez, un presidente fue reelegido para el período consecutivo; por primera vez, el candidato de izquierda superó a los candidatos de los partidos tradicionales; el partido liberal ocupó el tercer lugar, y el conservador acompañó a Uribe en la campaña. Sin embargo, el bipartidismo aún tiene un peso importante en la política colombiana, toda vez que, hasta finales de 2009, constituye el 38% de los miembros del Congreso de la República. 

El gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994) 

Tras el asesinato de Luis Carlos Galán, César Gaviria, fue escogido como candidato del partido liberal a la presidencia en marzo de 1990. En las elecciones presidenciales, Gaviria se enfrentó a las candidaturas de Álvaro Gómez, del Movimiento Nacional Conservador; Rodrigo Caicedo, del Partido Social Conservador; Antonio Navarro, de la Alianza Democrática M-19; Luis Valencia, del Partido de los Trabajadores; Regina Betancur, del Movimiento Unitario Metapolítico. 

Durante su gobierno, denominado "La Revolución pacífica", desarrolló una serie de cambios institucionales tendientes a lograr una modernización del Estado e introducir al país dentro del modelo económico neoliberal, a través de la privatización de empresas del Estado y de un proceso de liberalización comercial, llamado apertura económica. También tuvo que enfrentar una grave crisis energética, ocasionada por un fenómeno natural conocido como el Fenómeno del Niño, el cual redujo la cantidad de agua contenida en los embalses lo que provocó una drástica reducción en la producción de energía.

Política económica 

Como los demás países de Latinoamérica, Colombia tuvo que adaptarse a las nuevas realidades económicas internacionales. Por una parte, se dejó de lado el tradicional sistema proteccionista, que salvaguardaba a las empresas nacionales de la competencia extranjera y comenzó la implementación de medidas como reformas laborales, la aprobación de licencias de exportación e importación, la descentralización administrativa, la autonomía del Banco de la República y la reforma al régimen de salud. Por otra parte, se acogió la política de apertura económica que permitió incrementar la exportación e importación de productos, lo cual obligó a reducir los aranceles y crear políticas para estimular la inversión extranjera en el país. También se promovió la modernización de puertos y vías de comunicación, es decir, la infraestructura necesaria para favorecer el intercambio comercial. 

Aunque la apertura económica puso al alcance de los colombianos un sinnúmero de productos, también afectó a varios sectores de la economía nacional, principalmente el de las manufacturas y la producción agropecuaria. Otro problema derivado de la apertura fue el aumento del desempleo pues, con la importación masiva de productos, la industria nacional entró en una profunda recesión económica al no tener mercados estables para vender sus productos. 

Orden público 

Por otra parte, Gaviria continuó los diálogos de paz con las organizaciones armadas y la lucha contra el narcotráfico, de modo que consiguió la desmovilización de grupos como el Epl y un reducto del Eln, y la reinserción de sus combatientes a la vida civil. Sin embargo, las conversaciones con las Pare fueron suspendidas y el gobierno decidió tomarse por la fuerza el principal campamento de este grupo: Casa Verde, 
ubicado en la Uribe, departamento del Meta. 

A través de la política de no extradición, César Gaviria logró la entrega de varios capos del narcotráfico como Pablo Escobar y los hermanos Ochoa Vásquez, quienes continuaron delinquiendo a pesar de haber sido recluidos en la cárcel de la Catedral. En julio de 1992, casi un año después de su reclusión, Escobar se fugó de la Catedral y generó una escalada de violencia contra el gobierno y algunos de sus lugartenientes. En esta situación, aparecieron grupos de paramilitares como los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) que combatían al capo. Por parte del Estado, se creó el Bloque de Búsqueda, un grupo conformado por la policía, el ejército y la agencia antidrogas de Estados Unidos, dedicado exclusivamente a la captura de Pablo Escobar, cuya búsqueda que terminó con su muerte en 1993.

El gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-1998) 

La política colombiana desde 1990 hasta 2009 Samper ganó las elecciones de 1994 por el Partido Liberal, tras derrotar al candidato conservador Andrés Pastrana Arango y a otros contrincantes de diversas corrientes políticas como Antonio Navarro Wolf, representante del Movimiento Colombia. 

Durante su gobierno, denominado el Salto social, Samper creó un plan de desarrollo destinado a combatir los altos índices de pobreza que agobiaban al país. Su programa se basó en un fuerte aumento del gasto social con el que se beneficiarían los sectores más marginados. Samper pretendía que el Salto social fuera un plan alternativo a las políticas neoliberales de su predecesor. Sin embargo, las bases de su estrategia de gobierno continuaron con la internacionalización efectiva de la economía y la construcción de un nuevo tipo de Estado. Dentro de los logros de su gobierno encontramos el impulso dado a la microempresa (afectada por la apertura económica), la construcción de obras de infraestructura, la creación del Ministerio de Cultura, y del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, Sisben. También se cuenta el incremento de la cobertura de personas afiliadas al sistema de seguridad social, la creación del Plan Nacional de Desarrollo Alternativo, Plante y la titularización masiva de predios urbanos y rurales, principalmente a los indígenas y afrocolombianos. Otro logro importante fue la aplicación de los protocolos de la Convención de Ginebra, con la cual Colombia se adhería a la defensa del D.I.H. 

La crisis institucional 

Samper enfrentó un escándalo por irregularidades presentadas durante su campaña presidencial, debido a la aparición de unos casetes, que revelaban la infiltración de dineros del narcotráfico en la campaña. Por este hecho, el presidente fue acusado ante la Cámara de Representantes, la cual inició una investigación en su contra en febrero de 1996, y abrió un proceso legal conocido como el Proceso 8.000. Después de varias investigaciones, el mandatario fue declarado inocente por el Congreso en julio del mismo año. A pesar de esto, las relaciones de su gobierno con los Estados Unidos se deterioraron, generando una des certificación con respecto a la lucha antidrogas e, incluso, el retiro de la visa del presidente. 

Durante el gobierno Samper, también se vivió una fuerte crisis económica, política y social, caracterizada por el crecimiento de organizaciones guerrilleras y paramilitares, el incremento del narcotráfico, paros y movilizaciones sociales, además de una fuerte recesión económica. En este contexto, en el año 1996, el presidente autorizó un plan de erradicación de cultivos ilícitos de gran escala a través de fumigaciones aéreas. Esto afectó principalmente a la población campesina de los departamentos de Guaviare, Caquetá y Putumayo, la cual llevó a cabo un paro en protesta ante el hecho.

El gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002) 

Hijo del presidente Misael Pastrana Barrero, llegó a la presidencia tras derrotar a su contrincante liberal, Horado Serpa y a la candidata independiente NoemÍ Sanín. 

Fue uno de los más fuertes críticos del gobierno Samper, y debió asumir la re activación económica del país, quebrantada por los efectos del Proceso 8.000, el alto déficit de! gobierno anterior, elevados niveles de pobreza y desempleo, así como e! incremento de cultivos ilícitos. Para ello, tomo medidas de corte neoliberal como la aplicación de un severo recorte a la inversión pública, la aprobación de nuevas privatizaciones de empresas estatales y adopción de un plan de erradicación de cultivos ilícito s con el apoyo de los Estados Unidos: el Plan Colombia. A través de este, e! gobierno recibió más de 1.500 millones de dólares para apoyar a las fuerzas militares y diversos proyectos sociales. Al final de su gobierno, los indicadores económicos no cumplían con las expectativas a pesar de algunos signos de recuperación. 

Durante la administración Pastrana, se presentó un terremoto en la zona cafetera, que afectó principalmente las ciudades de Armenia, Pereira y Manizales y provocó la muerte de aproximadamente dos mil personas. 

El proceso de paz con la guerrilla 

La principal estrategia del gobierno Pastrana, llamada Cambio para construir la paz, consistió en establecer mesas de diálogo con los principales grupos guerrilleros: Farc y Eln. En este sentido, Pastrana y e! jefe de las Farc Pedro Antonio Marín, alias "Tirofijo”, acordaron despejar una zona de 42.000 km2 en los departamentos de Caquetá, Meta y Putumayo. Las negociaciones comenzaron en enero de 1999, en el municipio de San Vicente del Caguán. Sin embargo, Tirofijo no se hizo presente. En mayo de 1999, el gobierno reinició conversaciones con las Farc pero sin muchos resultados pues los actos delictivos de la guerrilla continuaron indiscriminadamente. El Eln también pedía zonas de despeje y un compromiso del gobierno de luchar contra los paramilitares, quienes también estaban participando de la escalada de violencia.

Durante los gobiernos anteriores, los grupos paramilitares tuvieron un crecimiento considerable, muchas veces auspiciados por terratenientes e incluso por algunos políticos y miembros de las fuerzas oficiales. En 1997, se crearon las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), al mando de Carlos Castaño. Integraban varias organizaciones paramilitares que se constituyeron en un factor de presión para el gobierno de Pastrana. 
A través de actos delictivos como masacre s y secuestros, todos ellos repudiados por la comunidad nacional e internacional, las Auc pretendían la obtener un estatuto político similar al otorgado a la guerrilla, para sentarse 
a dialogar con el gobierno. Pero nunca lograron este objetivo. 

El panorama de la paz para Colombia era incierto y la violencia aumentaba. En e! año 2001, el Eln anunció su retiro de las negociaciones ante la negativa del gobierno de otorgarles una zona de despeje; y en enero de 2002, Pastrana decidió suspender el proceso de paz con las Farc y retomar  la zona despejada.

La presidencia de Álvaro Uribe Vélez 

De tendencia liberal pero disidente de este partido, Álvaro Uribe se presentó a las elecciones presidenciales de 2002 apoyado por el movimiento Primero Colombia, y venció a los candidatos Horacio Serpa, Noemí Sanín, Luis Eduardo Garzón, Guillermo Lora e Ingrid Betancur. 

Bajo el lema Mano firme, corazón grande, inició un gobierno de cambio frente a la política de paz de su antecesor, atacando directamente a las organizaciones al margen de la ley a través de la denominada Política de Seguridad Democrática. Precisamente, con la intención de dar fin a las Farc, el Eln y las Auc, Uribe consolidó una estrecha alianza con los Estados Unidos para que el conflicto colombiano fuera incluido en la lucha internacional contra el terrorismo, liderada por el ex presidente George W Bush. 

El Referendo 

Uribe Vélez, tal como lo había anunciado en su campaña, presentó ante el Congreso de la República una propuesta de Referendo en la que proponía congelar los salarios del sector público, reestructurar el sistema de regalías petroleras, reformar el régimen de pensiones, abolir las contralorías locales, aumentar las penas de los delitos por corrupción, reformar el régimen de partidos, adoptar mecanismos de austeridad en el Estado y reducir el Congreso a una sola cámara. 

Luego de varias deliberaciones en el Congreso, el texto fue aprobado y enviado a la Corte Constitucional donde fue reducido de 19 a 15 puntos. Una vez aprobado el proyecto, el presidente Uribe convocó el 25 de octubre de 2003, a los colombianos para que votaran a favor o en contra del Referendo. Tan solo una de las preguntas del Referendo alcanzó la votación requerida para ser aprobada: la que quitaba los derechos políticos a los funcionarios corruptos. Aunque el referendo no logró ser aprobado, quedó demostrado que aproximadamente el 69% de la población colombiana apoyaba la gestión del presidente. 

La reelección de Uribe Vélez 

Debido al enorme apoyo a la gestión del presidente Uribe, las bancadas del Congreso conocidas como "uribistas" promovieron un proyecto de reforma constitucional, aprobado en el 2005, que habilitó la reelección presidencial para el año 2006. El proyecto de reforma, aunque fue respaldado por la mayoría de la población, encontró una fuerte oposición por parte de algunos sectores de la prensa; de los parlamentarios del liberalismo oficial, el Polo Democrático, el Partido Conservador; de grupos de izquierda como sindicatos, estudiantes y trabajadores; e incluso de algunos amigos del gobierno. En medio de la oposición de unos y de la aceptación de otros, el proyecto fue aprobado en la Cámara. En las restantes sesiones, el proyecto no sufrió mayores inconvenientes. Finalmente, tras la debida aprobación del Congreso y la Corte Constitucional, se instituyó la reelección presidencial inmediata. 

El 28 de mayo de 2006, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales, en las que el candidato-presidente, Álvaro Uribe, obtuvo la mayoría de los votos. En estas elecciones se evidenciaron grandes cambios en la política nacional: desde aquel momento, los colombianos tienen la oportunidad de reelegir a un mandatario de forma consecutiva; además, las opciones políticas se ampliaron hacia otras corrientes como el Polo Democrático y partidos que representan diversas formas de pensamiento y a sectores de la población como indígenas y afrodescendientes.

Un mandato lleno de contrastes 

La presidencia de Álvaro Uribe Vélez se ha caracterizado por una lucha frontal contra los grupos alzados en armas, el narcotráfico y la corrupción, y ha estado acompañada por una recuperación de la economía, alentada por factores externos como la confianza en los mercados internacionales y políticas internas favorables a la inversión extranjera, al control de la inflación y al mejoramiento del sistema financiero. Todo esto ha permitido el incremento del PIB desde el año 2002, logrando en 2007 un 7,62%, la cifra más alta en los últimos 30 años. Por otra parte, en el campo político, se han fusionado varios ministerios y se han promovido reformas que buscan acabar con las prácticas clientelistas, fortalecer los partidos políticos y la democracia. Sin embargo, todos estos logros han sido acompañados por diversos factores que han generado, durante sus dos mandatos, una alta polarización tanto a nivel interno como externo. 

A nivel interno, a pesar de la recuperación de la economía y la seguridad, los indicadores de pobreza siguen estando entre los más altos de América Latina. La política económica de libre mercado promovió la privatización y liquidación de empresas estatales como Telecom y algunos hospitales públicos, lo que generó una fuerte crisis hospitalaria. A esto se suma la gestión de reformas que flexibilizaron la contratación de trabajadores y el impulso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que, según algunos críticos, afecta los intereses nacionales principalmente al sector agrícola. La Política de Seguridad Democrática ha generado resultados apreciables desde el año 2003: el proceso de des movilización de gran parte de las organizaciones 
paramilitares; la reducción de los secuestros, masacres, homicidios y otros indicadores de violencia; la muerte de Raúl Reyes, segundo al mando de las Farc, ocurrida en una operación militar colombiana en una zona ecuatoriana cercana a la frontera con Colombia; y la liberación de Ingrid Betancourt y otros catorce secuestrados por la guerrilla en la Operación Jaque, efectuada el2 de julio de 2008. Infortunadamente, se ha incrementado el desplazamiento forzoso y las denuncias sobre violaciones a los Derechos Humanos. 

Otro factor de polarización ha sido la propuesta de reelección presidencial de 2010. Para los detractores de dicha propuesta, una nueva reelección afecta el equilibrio de poderes característico de las democracias; además, la controversia generada por la aprobación del proyecto de reelección presidencial de 2004, en la que miembros de la oposición acusaron a funcionarios del gobierno de influenciar la decisión del Congreso, ha generado cierto rechazo a la reelección. A esto se suman las denuncias sobre relaciones de algunos políticos y funcionarios del Estado con las organizaciones paramilitares. Las denuncias venían efectuándose desde 2002, pero solo hasta 2006, cuando se conoció el Pacto de Ralito, se abrieron investigaciones contra varios congresistas. El Pacto de Ralito fue un documento firmado en 2001 por varios políticos y paramilitares, en el que se buscaba un acuerdo para "refundar la patria”. Una vez se conoció este documento, la justicia juzgó y condenó a los políticos involucrados. El proceso conocido como la para-política, aún sigue vigente. 

A nivel externo, la relación de Colombia con Estados Unidos y la lucha contra la guerrilla ha generado controversias con los países vecinos, principalmente con Ecuador y Venezuela; controversias marcadas por el rompimiento de relaciones diplomáticas y la disminución del comercio bilateral. Además, la utilización de siete bases militares colombianas por parte de miembros del ejército estadounidense en territorio colombiano, desató la oposición de algunos gobiernos latinoamericanos, los cuales, aunque mantienen relaciones amables con nuestro país, consideran este hecho como un intento de intromisión de Estados Unidos en Latinoamérica. A pesar de esto, el apoyo al presidente Uribe supera el 70% de la opinión pública colombiana. 

Cultura y sociedad 

La riqueza cultural de nuestro país radica en su diversidad étnica y está representada por múltiples aspectos entre los que se destacan la literatura, la pintura, la música, el cine, el deporte y la ciencia. 

La literatura colombiana en la actualidad 

La literatura de nuestro país ha tenido representantes en diversas áreas como la narrativa, la poesía o el ensayo. Entre los grandes escritores nacionales encontramos al Premio Nobel Gabriel García Márquez, autor de Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera. Entre sus obras más recientes encontramos una autobiografía titulada Vivir para contarla y su última novela, Memoria de mis putas tristes. También podemos mencionar al escritor Alvaro Mutis, ganador del Premio Príncipe de Asturias, y quien ha incursionado en diversos estilos literarios como la novela, con Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, el ensayo, con De lecturas y algo del mundo, y la poesía, con Un homenaje y siete nocturnos. Otros escritores y escritoras destacados han sido Fernando Vallejo, autor de las novelas La virgen de los sicarios, El desbarrancadero (galardonada con el premio Rómulo Gallegos) y Mi hermano el alcalde, la poetisa María Mercedes Carranza, con El canto de las moscas, Alba Lucía Ángel con Tierra de Nadie, y la novelista Laura Restrepo con Delirio y Dulces héroes. 

Jóvenes escritores han incursionado en el mundo literario, consolidándose como grandes representantes de la cultura nacional. Entre ellos encontramos a Jorge Franco con la novela Rosario Tijeras (llevada al cine en el año 2005), Mario Mendoza, con la novela Satanás, Santiago Gamboa con Perder es cuestión de método (llevada al cine también en el 2005), Enrique Serrano con La marca de España, y William Ospina, novelista, poeta y ensayista, autor de obras como Ursúa (novela histórica) y El país de la Canela. 

La pintura 

A partir de los años cincuenta, se generaron diversas corrientes en este campo artístico entre las que encontramos el figurativismo, el expresionismo y el arte abstracto. Además, el desarrollo artístico de los pintores colombianos ha llevado a la creación de estilos propios. Otro factor destacable dentro de la pintura nacional fue la aparición del Museo de Arte Moderno de Bogotá, en el cual se llevaban a cabo exposiciones y 
cursos de arte. Medellín, Cali y Barranquilla, también se configuraron como importantes centros artísticos a nivel nacional. 

Algunos de los pintores colombianos con mayor reconocimiento nacional e internacional son: Fernando Botero, Enrique Grau, Beatriz González, María de la Paz Jaramillo (Maripaz), Ana Mercedes Hoyos, Ornar Rayo, Alejandro Obregón, David Manzur, Luis Caballero y Enrique Grau, quien se caracteriza por incluir personajes rollizos ricamente ataviados con encajes, plumas, sombreros y abanicos. En la actualidad se destacan pintores como Carlos Jacanamijoy, que reproduce en sus pinturas el paisaje de la selva amazónica, José Alejandro Restrepo, quien en sus obras critica la violencia, la guerra y el narcotráfico, Ofelia Rodríguez, representante del nuevo arte figurativo y Alba Bautista, especializada en paisajismo. Su obra se caracteriza porque ha sabido manejar con gran maestría el encanto y la sutileza de los tonos sepia.

La música 

La producción musical de nuestro país está representada por una gran cantidad de estilos, que van desde lo autóctono hasta lo moderno y comercial. En la primera categoría encontramos los bambucos, porros, cumbias, vallenatos, valses y pasillos, la música llanera, entre otras. En la segunda categoría, encontramos estilos como el pop, el rock, el rap, el hip-hop, el reggae, la salsa, e! merengue y otros estilos musicales. Diversos espectáculos se configuran como los espacios musicales más importantes de nuestro país: el Festival de la leyenda vallenata en Valledupar, el Festival nacional Mono Núñez, donde se interpreta música de la región andina, el Festival nacional del Bambuco, en Neiva, y actividades como rock, salsa, jazz y opera al parque. Entre la gran cantidad de músicos destacados, resaltamos los nombres de Rafael Puyana y compositores como José Barros, Rafael Escalona y Jorge Villamil. Los principales representantes de la música pop-rock colombiana en la actualidad son los cantantes Andrea Echeverri, Juanes y Shakira. En el área clásica, la orquesta Filarmónica de Bogotá y el cantante lírico Valeriano Lanchas. 

Cine y teatro 

La producción cinematográfica y teatral ha estado presente en la actividad cultural de nuestro país desde comienzos del siglo XX. Sin embargo, solo hasta los años ochenta, el cine recibió un fuerte impulso gracias a la creación de la Compañía de Fomento Cinematográfico, Focine. En e! año 2003, con la aprobación de la Ley de 
Cine, las producciones nacionales se han incrementado, al igual que su calidad, lo que se manifiesta en diversas nominaciones en festivales internacionales como el Festival de Cannes, en Francia con las películas Cóndores no entierran todos los días, de Francisco Norden (1984); Rodriga D, no futuro y La vendedora de Rosas, de Víctor Gaviria (1990); y, la más reciente, Los viajes del viento, de Ciro Guerra (2009). 

Por su parte, el teatro colombiano ha tenido un fuerte impulso desde los años sesenta debido a la aparición de escuelas y grupos estables, así como de varios festivales entre los que se destacan actualmente el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá y el Festival Latinoamericano de Teatro de Manizales. 

Ciencia 

En el campo científico nacional se han destacado personajes como el neurofisiólogo Rodolfo Llinás, catedrático de la Universidad de Nueva York, cuyas investigaciones sobre el cerebro humano le han permitido ubicarse a la vanguardia de! tema. También ha realizado investigaciones para la NASA, relacionadas con el funcionamiento del cerebro en condiciones diferentes a las del planeta Tierra. Su principal obra científica se titula El cerebro y el mito del yo. También encontramos a Manuel Elkin Patarroyo, quien ha desarrollado un importante trabajo científico con el descubrimiento de la vacuna sintética contra la malaria, por lo cual recibió, en el año 1994, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. 

Deporte 
Muchos colombianos se han destacado a nivel internacional en varios deportes. Por ejemplo, e! beisbolista Edgar Rentería, los ciclistas Santiago Botero y María Luisa Calle, la patinadora Cecilia Baena, los tenistas Alejandro Falla, Catalina Castaño y Fabiola Zuluaga, el golfista Camilo Villegas, los pesistas María Isabel Urrutia y Diego Salazar, y la luchadora Jackeline Rentería, los dos últimos, medallistas olímpicos en 2008.

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